...Cuando saliamos de la clase de esta monja,nos arremolinabamos en torno a ella al igual que las polillas se tiran a la luz y supongo que le resultaba agobiante soportar a tanto mocoso intentando recibir una acaricia y todos tratando de tocarla,de estar lo más cerca posible de ella.Nada nos detenía salvo....el fraile que apareció un dia como salido de la nada y empezó a repartir hostias a diestro y siniestro dejando el área despejada en un santiamén y a la monja sola y quizás asombrada y nosotros escapando cagando leches.Preguntando sobre los motivos de semejante reacción,uno de los veteranos del colegio nos contó una historia de amor que pasando de generación en generación,ya no sabian si era cierta ó quedaba como una de las muchas leyendas urbanas propias de los colegios de frailes de esa época.La historia de unos amantes condenados a amarse en silencio,ocultando sus pasiones bajo el hábito y al menos uno de ellos a vivir enamorado sin poder expresar sus sentimientos.Contaban que éste fraile habia conocido a la monja en su juventud siendo mozos y se enamoró perdidamente.Ella en lugar de corresponderle decidió meterse a monja y él siguió sus pasos....y al cabo de algunos años se reencontraron en éste colegio.Después de conocer la historia me compadecí del pobre padre,y lo veía todas las noches recorrer los largos pasillos del dormitorio de estudiantes,silencioso y cabizbajo,profundamente triste,camino de su austera y fria celda con la imagen de su amada,tan próxima y tan lejana.Amando y adorando a esa mujer sin poder tocarla,sin poder sentirla contra sí.
Todo esto estaba aliñado con unas sesiones llamadas "charlas espirituales"por las que teníamos que pasar todos.Individualmente eramos citados una vez al mes por lo menos,en la celda de un fraile que fungía como tutor para charlar sobre asuntos que no competían con la confesión y quedaba en una especie de charla donde el fraile de turno te ponía al dia sobre las dudas existenciales,morales o religiosas que tuvieras.Que duda cabe que las dudas de unos mocosos de apenas doce años de edad encerrados en un colegio durante todo el año se limitaban a querer saber que significaba VAGINA,VULVA ó FOLLAR y si era pecado hacerle pajas al compañero de pupitre ó era malo hacérselas uno mismo.Como éstas sesiones se producian a última hora de la tarde y a veces se alargaban un poco más de la cuenta dependiendo del tema,pillabas a los démas en el comedor cenando las sopas de leche y cuando te veian entrar con la cara como un tomate,con los ojos encandilados y sin ganas de probar bocado,todos sabíamos que el tema de esa sesión habia sido la jodienda y el pajoteo.El fraile te habia despedido de la charla con la idea de que follar,además de pecado era nefasto para tu salud,y que el hacerse demasiadas pajas `podía producir efectos devastadores sobre tu pito.Pero siempre te quedabas con la duda ya que algo no cuadraba al comprobar que llevando ya un tiempo haciéndotelas,no solo no se te caía el pito sino que cada vez le encontrabas más placer....