Al terminar el primer ciclo de enseñanza a base de máximas tipo;"La letra con sangre entra",pasé al segundo nivel de tortuta educacional con el lema "Ora et Labora"en un colegio de frailes a 300 kms de mi entorno familiar.Aquí empieza mi carrera de desarraigos y desapegos,de vivir con muchos y no estar con nadie,de compartir espacios pero no sentirte parte de ninguno.Una vida suspendido en un vacio,interactuando,relacionandote pero sintiéndote ajeno a todo y a todos.Creas amistades,haces querencias pero no sé por qué mecanismos mentales,cuando te alejas de nuevo ó te separas de esos entornos no tienes ningún sentido de pérdida.
No tengo muy claro cómo llegué a ese colegio;sencillamente me veo ahí rodeado de centenares de individuos de entre 11 y 16 años y sin la más puñetera idea de donde han salido, ni de donde vienen ni qué hacen ahí.Caí entre ellos y lo único claro que tengo es que me voy a pasar una larga temporada en este ambiente.Después de esto y de haberse acostumbrado a moverse solo en ambientes extraños vas aprendiendo casi de manera instintiva que para sobrevivir al presente lo mejor es no cargar con demasiadas pertenencias,saber dejar las cosas en el lugar que le corresponden sin pretender llevartelas contigo en tus nuevos rumbos y dejar espacio para las vivencias que se te avecinan.Así es que,aunque me costó un huevo aceptar este nuevo entorno y olvidarme de familia,amigos de escuela y verdes valles,acepté a toda esta panda de desconocidos como una nueva familia.Fué una educación intensa,dura ,disciplinada y muy rígida en las formas y en los contenidos,aprendiendo que los fuertes machacan a los débiles,que la jerarquia es una institución y que con tanto depredador a tu alrededor mantener un perfil bajo y ser discreto te salva de muchas broncas y malos rollos.Solamente dos veces al año,en cortos periodos se me permite regresar al valle donde nací a pasar unos dias y no perder los vínculos con tu familia natural.
El primer año de colegio frailesco,la educación corria a cargo tanto de frailes como de monjas y habia una en particular que nos volvía locos y nuestra pubertad hormonal se ponía a cien.Era además de hermosa una dulzura.Era nuestro angel particular.Desde el primer dia nos tenían atemorizados con la vida y milagros de los santos, recreándose con especial deleite en los sufrimientos y en las torturas que les infringian los enemigos de la Iglesia,detalladas minuciosamente en los sermones y charlas que nos daban a diario incluidos sábados y fiestas de guardar.No te daban descanso,alegando que el Mal era muy poderoso y tentador y teníamos que estar siempre en constante vigilia.Nos describian con minuciosidad microscópica el infierno con su fuego eterno,entre llantos de dolor de las almas castigadas,las supuraciones de los pecadores por calor infernal,caras descompuestas,cuerpos mutilados,sangrantes mientras se retorcian pidiendo el perdón eterno que nunca les llegaría por haber ofendido a Dios.Te pedían valor para soportar cualquier tortura antes de pecar u ofender o renegar de Dios tomando como ejemplo a los santos que con sublime resignacion soportaron lo insoportable,como el dejarse asar en una parrilla.Salias de esas charlas con los pelos erizados como si hubieramos salido de una sesión de electricidad estática;y lo jodido de esos dias era cómo pasabas las noches.Como contrapunto y quizás para no hacernos papilla las neuronas que estábamos desarrollando a la par que los pelos del cuerpo,nos presentaban como ejemplo de virtud,de felicidad y de belleza absoluta a unos seres llamados ángeles,y esa monja a la que hago referencia era para nosotros,acojonados púberes,lo más parecido a un ángel hecho carne.Era nuestro pequeño refugio para tanta pesadilla.