EL LOBO DEL DESIERTO

EL LOBO DEL DESIERTO

lunes, 24 de enero de 2011

LA HISTORIA DEL LOBO.Capítulo IV

A medida que ibamos creciendo,los campos de juego y batallas se ampliaban considerablemente.Te alejabas cada vez más de la cueva en busca de nuevos territorios para explorar:los castañeros en el monte,los mejores pozos para bañarse en el rio y los parajes donde perderse de la vista de los mayores.Aprendiamos a cazar pájaros con la técnica del pegamento en las ramas donde solian posarse o directamente a pedradas con el gomero y las escopetas de perdigón.Pajaro que cazabamos iba directamente a la cazuela acompañando al arroz o a las patatas fritas.Eran tiempos donde no hacíamos ascos a un poco de carne producto de nuestras cacerias.Asi es que combinabamos las cazas furtivas con las sesiones de cine los fines de semana hartándonos de películas de romanos,de indios y de vaqueros y alguna de drácula o fumanchu.
  Nuestros campamentos -base estaban ubicados en las escombreras al lado del rio,donde construiamos las tiendas tipo indio que veiamos en las películas.Nuestro alrededor era un mundo de materiales,en los castañares teníamos ramas y follaje para cubrir los techos,y en los lugares cercanos a las bocaminas nos surtiamos sin ningún reparo de mamposterias y railes del tren para solidificar nuestras construcciones.Pareciamos termitas arrasando lo que encontrabamos a nuestro paso,y casi estábamos al margen de la ley.De  hecho por una gamberrada de uno de los nuestros aparecieron un dia los municipales en la escuela y nos llevaron a todos al cuartelillo,nos metieron en unos oscuros calabozos y nos sacaban de uno en uno a un cuarto donde nos sentaban en una mesa destartalada con un flexo hacia la cara y preguntándonos quien cojones habia destrozado los conductos del agua del pueblo.Estabamos aterrorizados y acojonados mientras las madres exigian a voces que nos sacaran de alli.Cuando lo averiguaron,nos mandaron con nuestras madres para casa.El acojone nos duró varios dias.
   Nuestros gastos los solventábamos vendiendo la chatarra que juntabamos bien fuera hierro,aluminio o cobre que ibamos encontrando en nuestras correrias por las escombreras y alrededores.
   En aquellos años los peligros a los que estabamos expuestos eran mínimos.Por el pueblo pasaba la carretera general pero era tan escaso el trasieso vehicular que pasaban dias sin ver un coche,asi que habia más probabilidades de que te cayera en la cabeza un meteorito a que te atropellara un coche.De todos modos,en mi caso,el universo confabuló para que me cayera encima un coche antes que un pedrusco extraterrestre.Antes de esto,la divina providencia me puso a prueba con una mula.Según estoy saliendo de casa encuentro a una mula aparcada a medio metro meneando el rabo de un lado a otro,y quizás pensando que me acababa de encontrar un columpio me agarro y me cuelgo del rabo.....me dió tal hostia,con la pata en la barriga,que salí despedido dos metros aterrizando dentro de un cubo que estaba a dos metros .No supe ni cómo me sacaron de ahí,pero fué tal el trauma que agarré que cada vez que me cruzaba con algo que tuviera cuatro patas y un rabo salía cagando leches en dirección contraria.
   Cuando ya tenia olvidado al mulo,se me vino encima el coche.No tengo ni idea de lo que pasó,pero según me contaron regresé del otro barrio de milagro.Estando con la pandilla en un juego de carreras,con toda la inconsciencia infantil atravesé el primero la calle justo en el momento que circulaba un taxi.Me llevó por delante,mejor dicho me llevó detrás sin enterarse.El caso es que quedé metido en los bajos traseros de aquel monumental coche sin que el conductor se enterara.LLevaba más de cien metros recorridos cuando lo paró un vecino que venía a la contra y habia visto la movida.Cuando el pobre hombre se repuso del susto ,en el mismo taxi me llevó a urgencias y tratando de explicar que cuando sintíó un golpe creyó que habia tropezado con un pedrusco y siguió sin más.Parece ser que estuve en el más allá,pero no sé porqué extraños designios regresé al más aca.Lo cierto es que cuando desperté y me repuse,mi madre lo celebró invitando a todos los crios de la escuela a una chocolatada con churros.